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jueves, 19 de septiembre de 2024

Apacheta, Proyecto que en el 2022 obtuvo Beca individual a la creación para compra de materiales.












 

 Apacheta es un proyecto de producción de obra inspirada en la imagen y el concepto filosófico de este ritual tan antiguo como sagrado. La Apacheta como construcción colectiva en la que la suma de las partes que conforman el entretejido del todo hace equilibrio para sostenerse entre sí.

 La obra intenta reflexionar y cuestionar las formas de lo sagrado, los vínculos religiosos, nuestras formas de orar y habitar un paisaje.

 Las apachetas cargan con un misterio de siglos, son altares naturales que surcan los caminos del Qhapak Ñam a lo largo de los Andes perpetuando un ritual andino ancestral. Suelen confundirse con el paisaje, pero nunca pasar desapercibidas al ojo del viajero ya que son mojones que indican el final de un espacio y el principio de otro.

Cuando el caminante se topa con una Apacheta sabe que tiene que pedir permiso al espíritu que la habita para seguir viaje. Con un ruego en la boca y en el alma, deposita una o más piedras junto con una ofrenda sobre otras piedras que ya han sido dejadas allí con anterioridad por otros caminantes. Al parecer es un ritual solitario, sin embargo, son construcciones colectivas y anónimas que van tomando la forma de una pequeña montaña donde se entretejen invocaciones y plegarias múltiples que hacen equilibrio para sostenerse unas con otras.

Este es el espíritu de la apacheta que quiero representar en la obra Imaginando las manos en la inmensidad del paisaje agradeciendo la vida y pidiendo protección a los Apus, montañas, ríos, a Pachamama, Tata Inty, Mama Killa, imaginando los ojos, los rostros, el camino marcado por el andar, la idiosincrasia de los seres que habitan esos paisajes y se sienten arraigados a la tierra que pisan, nacidos del paisaje mismo, con su pensamiento gravitado por esa geografía.

Dice Rodolfo Kusch en “indios, Porteños y Dioses”

“…el indio llega realmente. A él no le gusta andar, sino estar. Está en su comunidad, y, cuando camina por los senderos de su puna, se procura alguna llegada transitoria, ¿cómo? Pues topándose con un achachilla, aquellos cerros nevados con rango de abuelo carnal, o con una apacheta, aquel montoncito de piedras, encima del cuál suele fijarse alguna cruz. Ahí el indio se detiene, se arranca una ceja y se la ofrenda a la apacheta diciendo” yo te ofrendo para que no me ocurran desgracias”. Luego, descansa y al fin continúa. Su llegada consistió en toparse con la divinidad”

“…Se diría que los dioses del indio esperan a éste sentados sobre una apacheta, y los nuestros dónde están? Pues ahí andan corriendo detrás nuestro, como en una carrera cuadrera, y nosotros siempre adelante, sin dioses, ni apachetas, ni achachilas: siempre andando y siempre solos…”

“…El indio siquiera sabe que los dioses están sentados encima de una apacheta. Ellos nos ven pasar con sus ojos de piedra y saben adónde vamos. Nosotros, en cambio, no. Nosotros andamos inventando una magia barata para salir del paso sustituyendo las apachetas por libros. Sería bueno que alguien nos acompañara siquiera un trecho en este mundo alquilado…pero eso nunca ocurrirá. Si antiguamente existía el prejuicio de creer demasiado en los dioses, hoy sobrellevamos el prejuicio de esquivarlos. Todo el mundo insiste en que nuestra época es diferente de todas las anteriores, y que, por tanto, la solución ha de surgir de uno mismo. ¿Pero cómo?

 

 

lunes, 6 de mayo de 2024

Salón Bienal de Arte Textil Museo Sívori SAT 28, del 25 de abril de 2024 a julio, en Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori. Av. Infanta Isabel 555 CABA

Participo con la obra "Semilla".

Memoria conceptual:  Semilla, de la serie Fetiches.

La palabra semilla proviene del latín “seminia”, forma plural de “seminium” que quiere decir simiente.

 Se la puede definir como” fruto que contiene el embrión de una nueva especie”, “cosa que es causa u origen de que procedan otras”.

La imagen de un gran embrión colgado del cielo hundiendo raíces en la tierra evoca el concepto filosófico del pensamiento gravitado por la tierra que habitamos de Rodolfo Kusch. Se trata de una figura circular que no tiene principio ni fin aludiendo a la vida que se enrolla en la muerte, así como el día en la noche, la luz en la oscuridad y viceversa. Del centro cuelga un cordón umbilical que comunica lo de arriba con lo de abajo.

 En la cosmovisión andina se identifican tres mundos, conectados entre sí y que se reactualizan en los rituales: * El mundo de abajo o Uray Pacha, mundo de ancestros, místico, memoria, útero, oscuridad, inconsciente donde el tiempo es como el de los sueños, homogéneo, sin las divisiones de pasado, presente y futuro;

*este mundo o Kay Pacha, el ahora, el estar en la tierra, la vida cotidiana, el tiempo regido por la salida y puesta del sol y el mundo de arriba o Hanan Pacha, el mundo Supremo, lo sagrado, la luz, lo que trasciende la razón, lo intangible, donde reina el Aire que hace latir todo lo existente y donde habitan las deidades cósmicas como el sol, el rayo, las estrellas

 Las máscaras representan transición, transformación, mutación, la clave misma de la existencia, el permanente contrapunto entre pares de opuestos que se complementan vida/muerte, arriba/abajo, cuerpo/mente, consciente/inconsciente, individual/colectivo, sueño/vigilia, femenino/masculino, salud/enfermedad, luz/sombra etc.  y el eterno vaivén del alma humana de lo sagrado a lo profano y viceversa.

 

“Todas las cosas brotan de gérmenes y vuelven a ser gérmenes “

Chuang Tse

 










domingo, 14 de abril de 2024

Textil: “ Texto y contexto” muestra colectiva con curaduría de la artista e investigadora Amelia Tarditti en el Centro de Arte Contemporáneo Chateau - Antonio Seguí de la ciudad de Córdoba. @chateau.cac



La muestra permanecerá abierta hasta el 9 de junio y se podrá visitar de martes a domingos y feriados de 10 a 19, con entrada libre y gratuita.
💫 Con obras de Claudia Mazzola, María del Carmen Toribio, Chiachio-Gianonne, Elba Sosa, Ricardo Wiggenhauser, Luz Mila, Metza Mae, Cecilia Azcue, Claudia Aybar, Fabiana Berghole, Reshin Ravi, Gabriela Morales, Berta Teglio, Adriana Gatti, Amelia Tarditti, Fabiana Alaniz, Adriana Antidin, Fabiana Larrea, Viviana Posincovich, Rosa González, Valeria Bocchetto y Virginia Volonté.

PH Esteban Salino Tarditti











viernes, 26 de enero de 2024

XVIII Salón de Artes Visuales Junín 2023.

  Se puede visitar hasta el 18 de febrero en MACA Museo de Arte Contemporáneo Argentino de la Ciudad de Junín en la provincia de Buenos Aires.

Participo con Tótem, de la serie Fetiches, figura textil con ensamble de cerámica 160 x 60 x 15 cm.

La figura representada en la obra saca la lengua en señal de saludo y respeto como se acostumbra en algunas tradiciones budistas tibetanas. Con sus brazos alados cobija y ampara.

Un tótem es una figura asociada al linaje del pueblo y es el vínculo de sangre que junta a todos los integrantes del mismo. Se originan en mitos cosmogónicos o fundacionales de una comunidad y están vinculados a tradiciones, prácticas y rituales ya que las sociedades totémicas se sostienen en la creencia de que existe una relación de parentesco-de carácter místico-entre el grupo y el animal u objeto de la naturaleza representado en el tótem. Este espíritu protector del cual “nacen”, define la identidad del grupo y asegura las conductas colectivas en los rituales de la vida cotidiana además de distinguir a cada grupo de los demás.

Nos recuerdan la profunda relación y ancestral comunión del ser humano con la tierra a la que pertenece y con todas las manifestaciones de la naturaleza.

 

 

 












viernes, 14 de julio de 2023

"Sentados sobre una apacheta", intervención visual para ciclo "Kusch de a pie, elogio del mestizaje"






Echar las cenizas al río.

Los dueños del mundo

Cuando nos cansamos y ya nada nos importa en Buenos Aires, podemos hacer trismo. Pensamos que eso nos hace mucho bien. Además, no tenemos que temer ni a las desgracias ni a los presagios, porque contamos con buenos transportes y con autoridades diseminadas por todas partes del mundo. Podemos ser los turistas en el mundo porque somos los dueños de él.

Pero ya que nos referimos siempre al indio, podemos afirmar sin más que él ni turista, ni dueño del mundo es. Ya mismo, cuando inicia sus viajes realiza un sinfín de ritos para adivinar la suerte que correrá. Acude entonces al yatiri, quien por su parte consulta las hojas de coca o la llama de una vela, para ver si el viaje será favorable. Luego los familiares lo despiden como si fuera a morir y le efectúan la cacharpaya. Se emborrachan bien y lo acompañan durante algún trecho. Al fin se despiden, le desean un buen viaje y vuelven.

Y cuando el indio se queda solo comienza lo peor. Si pasa un cóndor, irá todo bien. Si asoma un zorro habrá de ocurrir alguna desgracia. Esta será irremediable si el animal se asoma a la derecha del camino, en cambio, si lo hace por la izquierda, el indio podrá, al menos, conjurar el maleficio, encomendándose al Huasa Mullu, una tremenda deidad protectora de las llamas y las vicuñas.

Indudablemente, un terrible miedo asalta al indio, cuando viaja. En su comunidad, el indio es eso mismo que su esposa, o sus hijos, o sus camaradas piensan de él. Ya lejos, en plena puna, él nada es, sólo algo que camina silenciosamente, expuesto a todos los males y a todas las desgracias. Ahí viaja, en cierta manera, hacia el exterminio, hacia la muerte.

En este sentido hay una enorme distancia entre el indio y nosotros. El no se quiere mover en el espacio, nosotros en cambio, sí lo hacemos Más aún, esa movilidad la extendimos también al espíritu. Acaso no decimos en Buenos Aires ¿cómo andas? A un amigo ¿y este qué contesta? Pues, aquí ando. Andamos siempre, aunque estemos parados delante del amigo. Andamos de novio, andamos en el colegio, andamos en la facultad, y también andamos en el surrealismo, en el arte abstracto o en política. En todo andamos, aún cuando estamos parados. En el tiempo, y en el espacio, y en el espíritu andamos.

Pero ¿estamos realmente felices en medio de esta movilidad? En verdad a nosotros nos gusta andar, pero también llegar. Lo decimos incluso. Andamos en una oficina, pero nos gusta llegar a ser jefe; también andamos escribiendo, pero siempre y cuando lleguemos a publicar un libro; o andamos pintando para llegar a la exposición. Entonces andamos, y también llegamos. Pero ¿cómo llegamos: realmente o a medias?

En este sentido el indio llega realmente. A él no le gusta andar, sino estar. Está en su comunidad, y, cuando camina por los senderos de su puna, se procura alguna llegada transitoria. ¿cómo? Pues topándose con una achachila, aquellos cerros nevados que tienen rango de abuelo carnal. O con una apacheta, aquél otro montoncito de piedra, encima del cuál suele fijarse alguna cruz. Ahí el indio se detiene, se arranca una ceja y se la ofrenda a la apacheta diciendo: “Yo te ofrendo para que no me ocurran desgracias”. Luego descansa y al fin continúa. Su llegada consistió en toparse con la divinidad.

Indudablemente las andanzas tienen un límite, las nuestras, en cambio, no. El indio sabe adónde llegar, nosotros, no.

Porque la jefatura, el librito, la exposición son apenas llegadas transitorias, escamoteadas a nuestro dinámico siglo, que siempre nos obliga a andar.

Se diría que los dioses del indio esperan a éste sentados en una apacheta.

 ¿Y los nuestros, dónde están? Pues ahí andan, corriendo detrás nuestro como en una carrera cuadrera, y nosotros siempre adelante, sin dioses, ni apachetas, ni achachilas: siempre andando y siempre solos.

A veces, realmente parece como si no fuéramos los dueños del mundo nosotros, sino alguna gente de otros parajes. ¿y qué somos entonces? Pues apenas inquilinos morosos, que andan siempre sólo para escabullirle el bulto al verdadero dueño. ¿acaso no nos inventamos nuestras propias apachetas? Cuántas veces no nos hemos arrancado con desesperación una ceja ante algún librito de economía o de filosofía, o ante algún panfleto político, mientras decíamos:” yo te ofrendo, librito, para que me brindes al fin una llegada real”. O, peor aún: “Yo te ofrendo para que resuelvas los problemas de esta tierra que ninguno de nosotros entiende”.

Pero es inútil, no somos indios. El indio siquiera sabe que los dioses están sentados encima de la apacheta. Ellos nos ven pasar con sus ojos de piedra y saben adónde vamos. Nosotros, en cambio, no. Nosotros andamos inventando una magia barata para salir del paso sustituyendo la apacheta por libros. Sería bueno que alguien nos acompañara, siquiera un trecho en este mundo alquilado.

“…pero eso nunca ocurrirá. Si antiguamente existía el prejuicio de creer demasiado en los dioses, hoy sobrellevamos el prejuicio inverso de esquivarlos...”  

De “indios, porteños y dioses” Rodolfo Kusch

 


 

jueves, 8 de junio de 2023

Ánima, de la serie Fetiches, 2do Premio en 50 Salón Nacional de Artes Visuales, Museo Municipal de Bellas Artes Tandil.









 

Nombre de la obra:  Ánima

 pertenece a la serie Fetiches.

La palabra Alma proviene del latín Ánima.

 Algunas definiciones que inspiraron esta obra y que aparecen, entre otras, en el diccionario de la real academia española son:

     *Principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida. *En algunas religiones y culturas, sustancia espiritual e inmortal de los seres humanos. *Vida humana. ej. Arrancarle a alguien el alma. *Principio sensitivo que da vida e instinto a los animales, y vegetativo que nutre y acrecienta las plantas. * Persona, individuo, habitante. ej. No se ve un alma en la calle. *Sustancia o parte principal de cualquier cosa. *Viveza, espíritu, energía. Ej. Hablar, representar con alma. * Aquello que da espíritu, aliento y fuerza a algo. *Persona que la impulsa o inspira. ej. Ellos son el alma del movimiento.

     *soplo, aliento, respiración, aire que entra al cuerpo

       y sale de él…

 “Ánima” es también la forma arquetípica interna con la que Jung se refiere a las cualidades femeninas en la psique masculina y a su contraparte Animus, la energía masculina en la psique de la mujer.

Su condición de fetiche lo ubica entre las entidades u objetos venerados por sus poderes de encantamiento, portadores de gracia, pero también desventura, que acompañan plegarias y rituales ancestrales.


# fotografías 2,3,4 y 5 Adrián Botella.

 

 

 

domingo, 19 de febrero de 2023

Primer Premio Salón 3D escultura/objeto textil organizado por el Centro Argentino de Arte Textil

 Fetiches, Textil, pertenece a una serie de figuras zoomorfas ligadas a mitologías americanas que resuenan en gestos y rituales cotidianos. Iconos de la infancia, muñecos de trapo, mensajeros ancestrales del tiempo sin comienzo ni fin, voces calladas que suenan en otra jerarquía. 








Arte de tapa e ilustraciones para Tierra en Flor, música ancestral para niños de Graciela Mendoza.

matrices para xilografías

matrices para xilografías

Esperando la música

Esperando la música
Primer Premio Concurso Nacional de Artesanías 2013 del Fondo Nacional de las Artes en categoría, fibras vegetales-contemporáneo. La muestra inaugura el 13 de septiembre en Casa de Cultura del FNA.

de la serie" Animales Lunares"

de la serie" Animales Lunares"
óleo sobre tela ( 40 x 40 cm)

Soñar juntos

Soñar juntos
Papel, cartapesta

de la serie, Soñar juntos

de la serie, Soñar juntos
Papel, cartapesta

Presagio, detalle

Presagio, detalle
óleo sobre tela ( 20 x 50 cm )

de la serie, Animales Lunares

de la serie, Animales Lunares
óleo sobre tela ( 40 x 40 cm )

de la serie " esperando la música "

de la serie " esperando la música "

encantadora de pájaros

encantadora de pájaros
xilobatik/papel hecho a mano

qué hago con este sueño ?

qué hago con este sueño ?
acrílico sobre tela, 80 x 120 cm

El cielo de la wiphala

El cielo de la wiphala

el cielo de la wiphala, figura cartapesta

el cielo de la wiphala, figura cartapesta
Mención Especial del Jurado, Salón de Artesanías del Bicentenario, Fondo Nacional de las Artes 2010